Rafael Ochoa
La fuente Luminosa de Montjuïc, conocida hoy como la Fuente Mágica, fue inaugurada en el año 1929 con motivo de la Exposición Internacional de Barcelona; se situó en el lugar de las 4 columnas de Puig y Cadafalch que fueron derribadas el año 1928 bajo la dictadura de Primo de Rivera, pues representaban las 4 barras de la Señera de Catalunya. Posteriormente en el 2010 fueron reconstruidas casi en su ubicación original. Nos pasaremos la eternidad derribando y construyendo símbolos que luego se volverán a derribar y construir según la ideología del que mande, cosa que me cuesta entender.
Su diseñador fue el ingeniero electricista don Carles Buïgas i Sans (1898-1979), un adelantado y visionario de su época con varios inventos en su haber: un hidroavión, un sumergible, mini receptores de localización de personas, etc. Hizo en esta obra una maravilla de la ingeniería hidráulica y luminaria, sobre todo teniendo en cuenta el año en que se construyó. Las obras duraron 11 meses y participaron 3 mil obreros en su construcción incorporándose la música en los años 80. Por dentro tiene 4 potentes bombas de 265 caballos de potencia que suministran agua a la parte central, y otra bomba de 160 caballos que suministra agua a 20 surtidores radiales, resultando un caudal de 2600 litros por segundo con una presión de trabajo que puede llegar a los 5,4 Kilogramos por centímetro cuadrado.
Durante la guerra civil sufrió daños y no se volvió a poner en marcha hasta el año 1955. Más adelante se restauró para las olimpiadas de 1992 y hoy en día se utiliza tecnología led en sustitución de las luminarias clásicas aportando más precisión en el colorido del agua. Tiene 7 millones de combinaciones posibles.
Hoy día el control de las combinaciones de agua y luz está informatizado, lo curiosos es que en el año 1929 el control lo hacía un pianista mediante una mesa teclado de interruptores y teclas, que activaba y desactivaba circuitos, bombas y colores… vamos una gran composición. No sé si este verano quedará abierta en toda su plenitud, la tenemos a un tiro de piedra del barrio y paseando podemos echarle un vistazo, si el coronavirus lo permite.