Rafael Ochoa
Hace muchos años en los parques del barrio teníamos columpios, toboganes y balancines para los más peques, también había estructuras como barras paralelas para jugar (dos barras de hierro a media altura fijadas al suelo) y formas geométricas para colgarte por sus hierros. Poca cosa más para los mayores. Los jóvenes las usábamos para competir entre nosotros… ¿A ver quién hace más abdominales? o ¿Más flexiones?
Cuando no nos entreteníamos con una cosa jugábamos a otra: Al churro media manga, al deli, al béisbol, al bote, a ver quién salta más con los pies juntos y un largo etcétera. Deportivamente, estábamos muy bien sin perseguirlo. Y eso sin contar los deportes clásicos que también practicábamos: futbol, baloncesto, atletismo y una larga lista que hacíamos federados y no federados.
Hoy día los parques para los peques son más completos que antaño, balancines con y sin muelles, columpios, toboganes, resbaladeros, casitas, pasarelas, etc. No obstante, estas mejoras, hay una franja de edad que se queda sin opciones, pues es demasiado grande para ir a los parques infantiles y demasiado pequeña para ir con la colla de jovencillos. Afortunadamente ahora tenemos los aparatos de “Calistenia”.
La Calistenia es un ejercicio que se practica con el esfuerzo del cuerpo (algo así como hacíamos cuando éramos más grandes que pequeños). Los aparatos están pensados para fortalecer las partes del cuerpo que nos interesan. Es un ejercicio que lo puede practicar todo el mundo a partir de los 6-8 años, haciendo estiramientos, y a partir de los 13-14 años, para ejercicios de mayor esfuerzo.
En nuestro barrio, desde hace unos meses, tenemos un circuito de Calistenia donde se puede hacer ejercicios saludables para el cuerpo, implementado con fondos del Pla de Barris. Sentí curiosidad al verlos en un parque y comencé a indagar por el boca a boca y por mis ganas de caminar el barrio en estos amaneceres y atardeceres montañosos de los que podemos disfrutar por el privilegio de vivir cobijados por Montjuïc. Así, he trazado un circuito de hasta siete paradas o puntos por el barrio.
Comenzamos el recorrido, que pretende animarnos a hacer deporte, por el parque de Can Sabaté. Un cartel lo anuncia “Circuit de Salut”, y especifica el requisito para usarlos: medir más d’1,40 metros de altura. También da consejos e instrucciones para usarlos. Aquí hay dos aparatos instalados. Es mi primera parada.
Sigo deambulando en su búsqueda, siempre por la sombra, hasta que me planto en la Báscula, ahora también Emilio Fernández, en reconocimiento de un vecino solidario i impulsor del deporte en el barrio. Es mi segunda parada. La instalación cuenta con más aparatos, cuatro, y los que ilustra la foto. Son los más completos y la mayoría tiene las instrucciones integradas.
Así, entre pinos y plataneros sigo mi recorrido. El siguiente punto del circuito que yo mismo voy trazando, ya que no existe ninguna señalización que explique la ruta, es Jardins de Cal Sèbio (parte alta de Can Farrero). Tercera parada. Hay un solo aparato enorme para ejercicios de barra. Después de hacer unas cuantas dominadas y abdominales y comprobar que no estoy en forma, atravieso el Passeig de Zona Franca dirección al mar.
Siguiendo el rastro de algunos políticos que últimamente han visitado Casas Baratas, (el socialista Jaume Collboni y la misma alcaldesa de Barcelona, Ada Colau) llego a la plaza Falset. Es mi cuarta parada. Mientras observo los muchos cambios en aquella zona… ¡por fin! tres aparatos más de ejercicios. ¡Uy! Uno tiene las barras de agarre en el suelo. Lo examino y veo que se han aflojado los tornillos de las bridas, es fácil de arreglar…. habrá mantenimiento?
La quinta parada son los Jardins de Sant Cristòfol. Hay tres aparatos más. Después de todo no estoy tan mal, aquí mantengo bien el tipo al hacer la prueba de ejercicios. La sexta son los Jardins dels Drets Humans, tres aparatos de ejercicios, cerca de la terraza del bar de la Biblioteca.
He aminorado el paso y finalmente encuentro la séptima y última parada, al costado de la plaza Cerdà, derecha de la calle del Radi. Un aparato de barras. Ésta instalación no tiene ningún cartel, a diferencia de todas las anteriores. Y cuando termino aquí el recorrido, como me va la marcha, vuelvo al punto de inicio. Can Farrero y su jardín precioso.
He señalizado yo mismo, manualmente, los puntos en el mapa para orientar a los que queráis hacerlo. Es un recorrido unos 4,5 kilómetros aproximadamente. ¡Si los hacéis, comentarlo!
Personalmente he echado a faltar algunas cosas. Por ejemplo, la información que deberían tener los aparatos, pues sólo la tienen los de La Báscula, un plano de ubicación para situar cada zona, donde estás y a donde puedes ir. Un trazado indicativo entre zonas para seguir un recorrido seguro, información en cada parada de cuántas calorías quemas según el tiempo de ejercicio empleado en cada aparato, e información sobre los beneficios de hacer ejercicios y/o los riesgos del sedentarismo.
Por lo que he podido indagar la implementación de los aparatos no está terminada. Todo y que tampoco hay noticias sobre cómo y cuándo se terminará. Sería una lástima que un proyecto como este, muy acertado desde mi punto de vista y que busca mejorar la salud de los vecinos, e iniciado hace ya algunos años, acabe así. Y es que lo de hacer las cosas bien y terminar siempre lo que comienzas, ha de aplicarse en casa, en el trabajo y en el gobierno.
Efectivament, quan deixem les coses sense acabar-les, procrastinem.
S’assembla a la calistènia només en que són mots poc comuns que cal recordar per no confondre’ls 🙂
Gràcies per la informació!.
Espero que el Districte se’n faci ressó, i organitzi una ruta amb tots els ets i uts…