Rafael Ochoa
Segona entrega entrevista amb Juan Bibian
Después de la sorpresa de desconocer el trípode ¿Cómo reenfocaste todo?
Me puse a probar con películas, habíamos hecho una comedia en la escuela de cine CEI, la titulamos “Porca Miseria”, la hicimos en grupo y utilizamos el motocarro que encontramos en Manresa que Berlanga había usado en “Plácido” (1961). Fue la primera, hasta entonces solo había gravado cortos para participar en “El concurso del rollo”
¿Qué era el concurso “Del Rollo”?
Un concurso donde todos participábamos con una película y luego nos puntuábamos entre nosotros mismos, una manera de participar y enriquecernos todos con lo de todos.
¿Qué vino después?…
Como corto ya serio en 1980 hice “Montjuïc Mirador Esportiu de Catalunya”. Yo he recorrido mucho mundo y no he conocido ninguna montaña que albergue los deportes que ha tenido y tiene Montjuïc: Fútbol, baloncesto, balonmano, natación, hockey sobre hierba y sobre patines, tiro con arco, tiro de pichón, atletismo… también acontecimientos como la Jean Bouin, las 24 horas de Montjuïc, la fórmula 1 del gran Premio de Barcelona.
Esta primera película no tuvo mucha calidad técnica, pero sí ilustrativa, me tomó un año hacerla y tenía un punto crítico porque no era normal que el sitio estuviera tan abandonado. Como anécdota me acuerdo que el Estadio de Montjuïc estaba en un estado que se caían los ladrillos y comentábamos con otros compañeros que el sitio merecía una olimpiada, uno de los compañeros, todo hay que decirlo, era el que luego fue alcalde de Barcelona, Pascual Maragall. Cosas de la vida, 12 años después Montjuïc acogía las olimpiadas de Barcelona.
En tus viajes por el mundo ¿filmabas?
Pue sí, después de trabajar un tiempo la ficción, me dediqué a gravar mis viajes por el mundo. Hacía reportajes y documentales de Italia, Holanda… fui uno de los primeros en documentar en la Unión Soviética, Egipto, Nepal, etc… de esta época tengo varios premios.
Has hecho cine amateur o profesional…
Siempre hice películas de amateur, a veces narraba con mi propia voz y otras veces colaboraba gente más especializada. Pero yo elegía les escenas, montaba, producía… lo hacía todo.
Por ejemplo, en la película “De la A a la Z”, un documental del barrio de la Seat donde me críe, y que desgrana y visualiza el excelente funcionamiento de un barrio tutelado por la empresa; puse mi voz, porque no era solo el realizador de la película, sino también un testimonio de lo que contaba, era el barrio en el que me había criado, por eso creí importante hacer la narración yo mismo.
¿Cómo contactabas y conseguías a los actores?
He trabajado con actores amateurs, entonces algunos empezaban como Amparo Moreno, actriz consagrada después. En un viaje a Francia hice amistad con un director de teatro y me dijo que cuando quisiera fuera a visitarlo al Poble-Sec, en la calle Blai. Hacían teatro amateur. Cuando tenía un guion iba a sus ensayos al teatro y escogía los actores que me interesaban, a veces cogía a gente voluntaria sin conocimientos de cine.
También coqueteaste con el suspense.
Es que Hitchcock me gustaba y me gusta mucho, recuerdo una película de suspense en la que un día faltó el actor que hacía el papel de mafioso y me puse yo. En el primer minuto me metían un tiro en la frente (ríe). Con el tiempo fui cambiando a películas más sociales, que me interesaron más.
Cuantas películas has realizado…
Pues habré hecho unas 25, en los años 80 estaba en dos grupos de cine e íbamos a casi todos los festivales, como el festival de San Sebastián, Sitges, etc… en un año hacía tres películas. Las cinco últimas en este siglo XXI. Ahora llevo cinco años sin hacer ninguna, la salud y la edad va influyendo, pero quiero hacer algunas más. Al menos una al año, tengo proyectos y cuando la salud me lo permita volveré a filmar, tengo un problema en el ojo que además es el ojo donde pongo el objetivo ja,ja,ja.
En este siglo he hecho un corto de ficción que se llama “Reverdecer”, para mí es… y yo soy muy crítico conmigo mismo, pues veo cientos de veces las películas, una película muy buena, pienso que es la mejor que he hecho, en cambio ha tenido muy poca aceptación.
¿De todo el proceso de hacer una película, de qué disfrutas más?
Me gusta mucho filmar, en cambio hacer el guion me llega a aburrir. He escrito muchos y no sé si son buenos o malos, pero esta parte del proceso me cuesta un poco. En cambio, el montaje es otra cosa, me encanta, ¡he montado una cantidad de películas! las mías, las de mis familiares, las de amigos… ¡a cientos!
Tal como se hacía el cine, ha cambiado muchísimo.
Sí, los medios técnicos han variado, son distintos que con el celuloide. Antes consistía en una moviola con cinta que cortabas, y empalmabas. Ahora tienes un ordenador que según tus instrucciones lo hace todo, es pasar de lo artesanal a lo moderno. El resultado es el mismo, es igual en los dos métodos. En el moderno se ordena casi solo y en el antiguo es mucho más artesanal, tienes que tocar el celuloide para ordenarlos. A mí siempre me gustó tocar el celuloide, es como hacer pan y sentir la masa en las manos, menos limpio, pero me encanta.
Entonces, ¿Celuloide o Digital?
Las grandes películas continúan distribuyéndose en cinta, aunque hace ya un tiempo que se hacen también en digital. ¿La razón? el digital no deja de ser un cuadradito más grande o más pequeño que se llama pixel y cada vez estamos alcanzando unas cotas de precisión mucho mejores, mientras que el celuloide es una emulsión química, baña toda la cinta y si la calidad del celuloide es buena se consigue una gran nitidez en la imagen. Va a gustos, yo de momento me quedo con el celuloide.
Ficción o documental ¿Qué te gusta más filmar?
A mí me gusta mucho más la ficción, lo que ocurre es que para hacer ficción hace falta muchos más medios y recursos: actores, atrezo, etc… En cambio, los documentales, algunos los he hecho yo solo: cámara, guion, sonido…
¿Conservas las películas?
Las guardo todas, como decía antes, el problema del celuloide es que con el tiempo se deteriora, pierde sonido, color y no se ven bien las imágenes, sobre todo si no se ha cuidado la conservación. Yo me he gastado unos cientos de euros y me las han pasado todas a digital, así siempre conservaran una calidad estable, eso sí, con las lógicas perdidas de pasar del analógico al digital.
(La parte final, el mes que viene…).