Síndrome post-vacacional

Text: Ana I Prada Bardaji (Infermera Cap Dr. Carles Ribas)

El síndrome post-vacacional produce una sensación de tristeza, apatía, falta de energía o motivación al incorporarnos a nuestro trabajo o rutina diaria tras acabar el periodo de vacaciones. El síndrome post-vacacional no es una patología como tal, sino un «trastorno adaptativo».

Signos y síntomas

-Bajo estado de ánimo, decaimiento, ansiedad,

-falta de energía, cambios de humor, estrés agudo,

-palpitaciones, sudoración, hiperventilación,

-temblores,

-percepción de incapacidad para realizar las tareas habituales en el entorno laboral, familiar, etc.

El síndrome post-vacacional no suele durar más de 2 ó 3 de semanas. Muy pocos casos precisan ayuda profesional, pero en ocasiones la presión de la vuelta al trabajo y/o a la rutina diaria puede causar estrés agudo con todos los signos que lo caracterizan: 

Si estos síntomas debidos a los cambios adaptativos se perpetúan más allá de un mes, pueden dar lugar a un verdadero síndrome de ansiedad generalizada o un estrés crónico. Ante esta situación, lo mejor es consultar con un su médico de familia que valora enviarlo a un especialista.

Consejos para combatirlo

Lo mejor para combatir el síndrome post-vacacional es prevenirlo para evitar su aparición. Para ello, pueden llevarse a cabo algunas conductas como:

  • Lo más importante es reservar unos días al final de nuestras vacaciones para nuestra adaptación y programar el regreso a casa de forma anticipada y relajada.
  • No volver de las vacaciones justo el día anterior a la vuelta al trabajo, sino varios días antes. Esto nos permite prepararnos física y mentalmente para el retorno a la actividad laboral.
  • También es recomendable reanudar las actividades extra-laborales para adaptarlas lo antes posible a la rutina típica del periodo laboral y hacer ejercicio físico para mantenerse activo durante las vacaciones.
  • Adaptar los horarios a los habituales de forma suave y progresiva. Por ejemplo: podemos ir adelantando poco a poco la hora de acostarnos y levantarnos una semana antes del regreso al trabajo, para que después la incorporación laboral no nos cueste tanto.
  • No iniciar las actividades habituales de forma brusca e intensa, sino dándonos tiempo para adaptarnos a la nueva situación y programarlas a lo largo del día en función del nivel de energía y humor que tengamos.
  • Aunque no sea algo directamente relacionado con el síndrome post-vacacional, mantener una buena alimentación y unos hábitos saludables durante las vacaciones también puede ayudar.
  • No llevarse trabajo a casa, lo de cada lugar se queda en su lugar.
  • Utiliza las pausas para realizar actividades agradables,
  • Dormir adecuadamente y mantener horarios regulares. Realizar ejercicio y técnicas de relajación.
  • Tomarse con calma la vuelta a la rutina también es un factor clave. Se debe evitar, en la medida de lo posible, el estrés en el trabajo, en las actividades rutinarias y familiares habituales.

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