Esto de «Star Wars» es como la Navidad. Algo estruendoso, ubicuo e inescapable, sobre todo ahora que es propiedad de Disney: el Halcón será milenario pero la franquicia es anual y ya están mirando de hacerla semestral.
La película, resulta muy abigarrada. Las batallitas con naves son eficaces y me sorprendió ver que eran de duración limitada, o sea, soportable. Tiene, por otro lado, demasiados personajes y tramas secundarias: relega a un actor como Oscar Isaac casi al banquillo-
La gran sorpresa para este escéptico de toda esta saga, es que las mejores escenas esperan en el emotivo final. Todo lo que se dice de ella sigue pecando de un solemne panteismo barato pero en vez de tratarla, como otras veces, como una excusa , el guionista y director ha optado por convertirla en eje de un poderoso debate moral a tres bandas, con dos buenos actores (Daisy Ridley y Adam Driver, sobre los que descansa el futuro de la saga) y un tercero que está porque tiene que estar ( Mark Hamill) ,la edad destroza pero también ennoblece a los actores. Véase si no la frase de Carrie Fisher sobre su aspecto, lo que mas me emocionó de la función.
‘Los últimos Jedi’ tiene de positivo, aparte de la excelente banda sonora de John Williams, el que acumula persecuciones espaciales y duelos de espadas láser, y amplía significativamente el catálogo de poderes asociados a la Fuerza de una forma que quizá enfurecerá a muchos puristas. Por otro lado da rienda suelta a un tontorrón sentido del humor que no solo sirve para dar un respiro dramático a los héroes sino también logra quebrar la solemnidad de los villanos .
Buen 2018 para todos y que la fuerza les acompañe.
Juan Bibian