En defensa de la sanidad pública

Antiga instal·lació de l'empresa Hispano química Houghton, vista des del Passeig de la Zona Franca. Foto: Manel Armengol

Rafael Ochoa

Quiero empezar el artículo con un Muchas Gracias a los sanitarios, a fallecidos en su lucha contra el Covid-19.

Quiero recordar también a todas las víctimas; quienes confiaron en que tenían una red de asistencia médica pública de primera y descubrieron un gran escaparate con un contenido material muy escaso, aunque con unos recursos humanos con una cualificación y vocación de servicio altísima. Se lo debemos a ellos.

Nos encontramos en una guerra contra un enemigo invisible que está en todas partes y acecha las 24 horas, una guerra de desgaste psíquico colectiva, sometiendo a un fuerte estrés a toda la estructura social que hemos creado. Gracias a las entidades asociativas de los barrios se ha podido ayudar a muchas familias necesitadas.

La calle de l’Estany situada entre la calle del Foc y Plaça del Nou de Casas Baratas, hoy día es una calle limpia, arreglada, muy diferente a la de hace años. Antaño era un paso de tierra en la que se almacenaban y manipulaban bidones de grasas, aceites y productos químicos como se ve en una de las dos imágenes del año 1991.  En la otra imagen se aprecia un camión Pegaso cargando productos químicos.  Entre una y otra se podría decir lo oculto (calle de l’Estany) y lo visible (pº Zona Franca). La realidad del interior y el escaparate.

Las imágenes son de la empresa Hispano química Houghton fundada el 1956 por Bartolomé Parera Canals, en unos talleres de Sants con nombre de productos Lubrifina. Poco después se trasladó al Passeig de la Zona Franca 61-67 con el nombre de Houghton Hispania, (debido a la licencia de la marca americana para producir fluidos de corte) Con el tiempo comercializó también diferentes productos para el textil, para curtidos, antiespumantes, acero, etc..

Y pasó a llamarse Hispano Química Houghton hasta que en 1976 rompieron peras los de la sociedad con los de Houghton y se quedó con el nombre de Hispano química.  Todos los del barrio con el nombre de Houghton nos entendíamos rápidamente en cualquier conversación.

La mateixa instal·lació vista des del carrer Encuny. Foto: Manel Armengol

El año 1997 se trasladó la fábrica a Castellbisbal, y al final, por dificultades económicas, la marca fue comprada por otras empresas, algún tufillo a corrupción política entre medio, pero eso ya es otra historia.

Muchos trabajadores enfermaron por la exposición a productos nocivos en su jornada laboral y denunciaron la empresa. Ganaron, pero para cuando se dictó sentencia algunos ya habían muerto.

Todo esto lo explico porque al redescubrir las dos fotografías que acompañan este artículo me traslado al presente y no resisto la tentación de hacer ciertos paralelismos. 

Tenemos hospitales aparentemente modernos y bien equipados, esa es la cara del escaparate (como en la foto del Pº de la Zona Franca), y la cara oculta e invisible ( como en la foto de la calle de l’Estany) es la falta de personal, la precariedad laboral en los contratos, la falta de medios y un largo etc..

Pienso que la sociedad, desde abajo para arriba, debería presionar desde las asociaciones, centros culturales, organismos, sindicatos e incluso ayuntamientos para hacer una gran manifestación en España, para defender nuestra sanidad pública y a nuestros sanitarios. 

Que la próxima vez no tengan que salir ellos solos a manifestarse por defender lo que como sociedad no hemos sabido defender. Sería un error olvidarnos de todo y volver como si nada, porque el enemigo ahora ya es invisible. Ser o no ser como sociedad. That is the question, algo así como lo de la calle de l’Estany.

Mientras, esperemos que no venga una segunda oleada; al menos hasta el invierno, que respiremos un poco, que tengamos tiempo de recuperarnos.

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