J.K. Rowling no tenía razón

Chris El-Bahr

Resulta paradójico que el feminismo nunca haya sido un hogar seguro para las personas trans+. Si bien esto ha venido siendo así desde los inicios del movimiento, en los últimos años parece estar teniendo un auge, con fuertes corrientes que directamente tienen una postura en contra nuestra, de forma pública y sin disimulo, como las llamadas TERF, cuyas siglas en inglés significan Trans-Exclusionary Radical Feminists (feministas radicales trans excluyentes).

Este hecho lleva preocupando a la comunidad trans+ y LGTBIQA+ desde hace tiempo, pues si bien por un lado parecemos avanzar hacia un futuro de inclusión, paralelamente crece con descaro este movimiento que incluso desea nuestra muerte y ejerce violencia. Han habido casos recientes en Barcelona, por ejemplo, de manifestaciones TERF, coincidiendo en ocasiones con las celebraciones del 28 de junio, la fecha más señalada para la comunidad LGTBIQA+, en las que nos han atacado de forma física y directa.

Pero más allá de esto, algo alarmante es el auge de este tipo de ideología entre algunas referentes del feminismo, las cuales tienen mucho poder en su voz y en el alcance de su discurso. Tenemos claros ejemplos como el de J.K. Rowling, quien se posiciona abiertamente en contra de la comunidad trans+ desde hace ya unos años a través de Twitter y otras plataformas. Recientemente me impactó ver un titular en el diario El País de un artículo escrito por una persona a la que admiraba por sus ideales y activismo, en el cual citaba a la anteriormente mencionada autora de Harry Potter diciendo “J.K. Rowling tenía razón…” refiriéndose al posicionamiento de esta en nuestra contra y, concretamente, por cosas que había dicho contra de la ley trans+. Hablo de la escritora Najat El-Hachmi.

¿Cómo se permiten artículos así en un periódico tan conocido como El País?

Ahí radica el problema: en que se permita. Porque por culpa de esto, todas aquellas personas seguidoras de estas referentes, si no están concienciadas con el colectivo, creerán en sus argumentos ciegamente, pues enmascaran su odio con “protección de las mujeres, protección de les niñes…” con argumentos como que “queremos medicar y mutilar a niñes” por querer que la ley permita una transición médica temprana, “que las mujeres están en peligro” pues para ellas solo somos hombres disfrazados que usurpamos sus espacios y que no sabemos lo que han sufrido por “nacer mujeres”.

Tal vez no sepa lo que es crecer siendo socializada como mujer, pero sí siendo otra víctima del cisheteropatriarcado, que tal vez echando la vista atrás, hubiera agradecido una transición médica temprana, pues me hubiera ahorrado mucha disforia.

Y es que en un mundo creado por y para hombres cishetero, ¿quién renunciaría como nosotras a ser leída socialmente como tal, por puro capricho? ¿Quién asumiría tal pérdida de privilegios? Existimos y exigimos que se nos trate y respete como merecemos.

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