Guardo recuerdos entrañables del colegio de mi infancia. Era una escuela para gente sencilla, humilde. Gente de barrio. De mi barrio: Can Clos. Me vienen a la mente imágenes del recreo en un gran patio soleado, en la falda de Montjuïc, donde podías correr y jugar al escondite, respirando aire puro. Rememoro con especial cariño a maestras como Exilia o María Luisa, a las que dábamos el tratamiento de «señorita». Pero toda luz tiene sus sombras. Recuerdo aulas con crucifijos y con la foto del caudillo. Nos daban leche cada día, y como a mí no me gustaba, regalaba la mía a quien la quisiera. Cuando mi madre me preguntaba si me la había tomado respondía que sí, y esa debió de ser la única vez que no le dije la verdad, porque después de contarme lo que le sucedía a las niñas mentirosas, pasé años —muerta de miedo y de insomnio— esperando a que el Demonio viniera a buscarme la noche menos pensada. Los niños llevaban batas azules; de color rosa las niñas. Formábamos filas en la entrada, antes de subir, y el rezo precedía a las lecciones. Casi nadie hablaba catalán. Ni en el cole, ni en casa, ni en las calles. Aun así, los recuerdos gratos superan con creces a los no tan buenos. Luego las cosas mejoraron, por suerte. Los últimos coletazos de la dictadura franquista dieron paso a una democracia en pañales. El uso de la lengua catalana se normalizó y el Colegio Nacional Isaac Peral cambió de nombre. Fui feliz en aquella escuela. Feliz y muy querida por profesores y compañeros. L’escola Can Clos. Una escuela que en breve dejará de serlo.
MAR MONTILLA
Pel moviment migratori dels meus pares, vaig estar un curs al col·legi Issaac Peral i que actualment té el nom del barri.
En aquella època l’escola feia ressò dels problemes del barri: la donació de llet a la mainada provinent de càrites americana i posteriorment de cal RAM ja indicava l’estat de pobressa del barri.
En aquesta linia de ressò ha continuat treballant per donar una resposta i la cultura arribi a l’abast de la mainada i millorar les condicions de vida del barri Can Clos.
Un ajuntament que s’autoclasifica de progresista vol fussionar aquesta escola amb CEIP Enric Granados sense tenir en compte l’implicació del centre a la vida i desenvolupament del Barri des dels anys 70 fins avui.
No el tancament del CEIP Can Clos.